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CONVERSACIONES CON MI GATO: Diciembre, por David de Molay

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Soy un mayor al que le gusta amar  y soñar, igual que aman y sueñan  los niños.. Con la hermosa fantasía  de la inocencia y en color… Tan sincero y verdadero como sueñan  ellos… Diciembre. Caen los primeros y tímidos copos de nieve igual que han ido cayendo los meses del calendario y con ellos todos los deseos del año. Por fin huele de nuevo a invierno y el año, tal y como empezó, se nos va con los mismos deseos. Pero es el alba de diciembre la que más esperanzas tiene, por eso amanece más tarde, pero seguro, como preparando la renovación. Y atardece más pronto y rápido, raudo debe oscurecer para que por el cielo de la noche cruce la estrella de Oriente y alumbre a todos los hombres de buena voluntad; para que en la noche oscura del invierno renueve la luz y todos los deseos de un año. Castillo de Castellnovo (Comunidad Valenciana) Atardecer. Cuando el día toma  su última palabra, y el sol de justicia solo es  un mero recuerdo e

CATORCE VERSOS: El Marqués de Santillana, por Ancrugon

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Antes del Marqués de Santillana no se tiene referencia alguna de que alguien compusiera sonetos en lengua castellana, por lo que se puede asegurar que Íñigo López de Mendoza, nacido en Carrión de los Condes, Palencia, en 1398 y fallecido en su palacio de Guadalajara el 25 de marzo de 1458, fue el primer poeta en hacer el esfuerzo de adaptar la nueva versificación de endecasílabos surgida en Italia a la métrica propia del castellano tan dada a octosílabos, cuadernas vías y romances. El Marqués de Santillana era hijo de una de las familias más poderosas de la nobleza castellana, el Almirante Diego Hurtado de Mendoza y doña Leonor de la Vega, mujer muy rica e inteligente, pero fue educado por su tío, el arcediano Gutierre, al morir su padre cuando él tenía cinco años de edad; más adelante estuvo al servicio de Fernando de Antequera, quien llegaría a ser rey de Aragón, aunque volvió a Castilla para participar en la guerra contra Álvaro de Luna a la llegada al trono de Juan II de Cast

TEMAS E IDEAS: Altos vuelos, por Ancrugon

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El padre Andrés criaba canarios. La ventana de su habitación estaba cubierta de pequeñas jaulas que desafiaban las leyes de la gravedad y, en su interior, los diminutos cantores se retaban en combates sonoros que eran la delicia de todo el colegio. Llegó el día que ya no cabían las jaulas en las reducidas dimensiones de su alcoba, por lo que el director le permitió, aunque todos sabían que era más bien una imposición higiénica, ampliar su criadero en una estancia aledaña a la granja que surtía a la cocina del centro. Y allí, en una nave bien iluminada y rodeada de cerezos, el padre Andrés consiguió los mayores logros de su vida sin haber estudiado nunca a Mendel ni haberse doctorado en genética. Aquellas minúsculas aves eran uno de los mayores orgullos de la institución y su nombre llegó hasta los más insospechados rincones del planeta escrito en las etiquetas atadas a las pajareras cuando participaban en mil y un concursos de los que, justo es decirlo, en multitud de ocas