TEMAS E IDEAS: Libre albedrío, por Ancrugon.

Sentado en un banco de madera, con la mirada perdida en el ramo de rosas que sostiene con las dos manos entre sus rodillas, se ve a un joven vestido con un impecable traje de chaqueta. El bullicio de la calle aumenta a medida que desciende la luz del día y crece la de los escaparates, pero él no parece darse cuenta y sólo, de vez en cuando, mira hacia la esquina de la avenida donde, con un ritmo que ya ha llegado a percibir de tanto observarlo, un semáforo va alternando sus colores luminosos. -¡Vengan, vengan a ver el teatro de la vida! – Grita un famélico y desaliñado personaje que va dando grandes saltos entre la gente mientras toca una alegre melodía con una flauta dulce. Una vieja vagabunda se acerca empujando un carrito de supermercado repleto de papeles y trapos viejos. -Disculpe, joven, ¿sería tan amable de levantarse de mi cama? El muchacho la mira sorprendido y tarda un poco en reaccionar. -¿Yo?... ¡Oh!... Perdone... Se levanta y se aleja hacia el semáfo...