ESPEJOS A RAS DE SUELO: Plan B, por María Elena Picó Cruzans
Este mes
de mayo hace un año que comencé con las páginas de “Espejos a ras de suelo”. Y
las metáforas se han convertido en mis compañeras de viaje. Lo cierto es que
son una agradable compañía; aunque en ocasiones en las que el viento
desasosiega mi alma, abren en mi estómago caminos que no sé muy bien dónde
conducen.
Dalí nació un once de mayo de 1904,
unos nueve meses después de la muerte de su hermano homónimo Salvador Dalí, el
uno de agosto de 1903. Cuando tenía cinco años sus padres lo llevaron a la
tumba de su hermano del que decían ser una reencarnación.
EL
ÁNGELUS DE DALÍ
“Nos parecíamos como dos gotas de agua,
pero dábamos reflejos diferentes… Mi hermano era probablemente una primera
visión de mí mismo, pero según una concepción demasiado absoluta”.
Vida
secreta de Salvador Dalí, Dalí
“Nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos reflejos diferentes… Mi hermano era probablemente una primera visión de mí mismo, pero según una concepción demasiado absoluta”.
El extravagante y visionario artista
vivió siempre acompañado o invadido por lo que la terapia transgeneracional
denomina “niño de sustitución”.
El mismo Dalí afirmará:
“Yo viví la muerte antes de vivir la
vida […] Mi hermano había muerto […] Mi madre había sido trastornada en lo más
hondo de sí misma. […] Y en el vientre de mi madre ya sentía su angustia. Mi
feto bañaba en una placenta infernal. […] Aprendí a vivir llenando el vacío de
cariño que no se me daba verdaderamente”.
Vida
secreta de Salvador Dalí, Dalí
Cuentan las biografías de Dalí que
pintó sesenta y cuatro veces el Angelus de Millet, a su modo. Cuando se pasó
por rayos x este cuadro se descubrió debajo del cesto de patatas un pentimento,
un “arrepentimiento de pintor”: había un ataúd de niño debajo del cesto de
patatas. Millet confiesa haber pintado encima del ataúd para cambiar lo que se
le presentaba a sus ojos como muy triste.
Dalí al enterarse de esta anécdota
dijo:
“Siempre olfateé la muerte de un niño en este cuadro”.
Cuando leí esta historia en el libro de
Anne Ancelin Schützenberger en su libro ¡Ay,
mis ancestros! Reconozco haberme quedado francamente perpleja. Son las
metáforas visiblemente invisibles que nos miran desde cualquier lugar donde permitamos
rendir nuestros ojos. Y es que la vida (y la muerte) acaba deslizándose
forjando surcos o tatuando heridas.
Qué curioso que algo similar ocurra con
Vicente Van Gogh, que también convive con la muerte de otro Vicente, su hermano
mayor, muerto exactamente un año antes de su nacimiento. ¡El mismo día!
Estoy de acuerdo con Anne Ancelin
Schützenberger cuando afirma que Salvador Dalí supo exorcizar su lugar de
sustitución.
MUCHACHA EN LA VENTANA DE DALÍ
Yo siempre me he sentido cautivada por
el cuadro de Dalí Muchacha en la ventana.
Me pregunto si existirá algún pentimento en él que desenmascare las trazas de
mi alma y me reconcilie con la vida.
Lo que sí es cierto es que me siento
invitada a seguir tendiendo mi mirada con respeto y agradecimiento a las
metáforas que salen a mi encuentro.
Una de ellas es un poema de Estel Solé,
Si uneixes tots els punts, que he
conocido gracias a mi amiga Dora.
SI UNEIXES TOTS ELS PUNTS
Havía de ser així / I era inútil probar d´endevinar-ho. / El cos escull el camí / més dolorós i absurd, / el més rocambolesc. / És ara que les peces encaixen / quan podem començar a respondre, / ara que nosaltres mateixos / en hem esmicolat en parts desiguals / i en caure, ens han esmorteït / piles i piles de preguntes.
Havia de ser així. / Cap pedra del camí no era prescindible, / ni cap trau, ni cap fracàs. / Cada contratemps era una xifra, / i les havíem d´unir amb cura / malgrat el desconcert del pròxim pas.
Al full, hi vèiem créixer ocells, / elefants I arbres.
Ara que hem perdut pràctica I coratge / Unim els punts amb la por / d´aprendre massa. / En forma de certeza, / al full hi creix l´herència dels pares; / l´enyor és una casa, la por un vaixelli / la veritat una gallina de corral.
Havia de ser així.
Si uneixes tots els punts, / si no et rendeixes abans.
Es un
poema precioso que me invita a levantar la mirada. Diría la Gestalt, a dejar
que fluyan otras figuras desde el fondo. Es una invitación a integrar la
conjunción copulativa en cada tramo del camino, a la reconciliación con la vida
que nos propone la terapia sistémica de las Constelaciones Familiares.
EL
ÁNGELUS DE DALÍ
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Siempre se puede tener en la vida un
Plan B, ése que te conecta con lo que eres: pintar retratos en la calle,
impartir clases de español en Islandia, alternar la escritura con paseos por la
playa, montar a caballo, cultivar hortalizas, escribir cuentos, traducir libros
de filosofía, diseñar hogares, tejer mandalas de lana…
Me pregunto cuál será el Plan B de la
maceta que intento que se mantenga de pie a la puerta de mi casa. Ella es la
perenne metáfora con la que me encuentro cada día varias veces; hermosa
metáfora a la que esta primavera le han salido brotes de higuera y que me
recuerda las diferentes visiones que tenemos de la vida las personas, y cuán a
menudo la derruimos, tiramos por los suelos, aplastamos sus brotes verdes,
arrancamos hojas, apagamos cigarros, tiramos papeles, aprisionamos en los
rincones…
También es cierto que algunas personas
la observan y la admiran, incluso se acercan a tocarla. Y no todos los
vehículos la asedian; algunos, la respetan y dejan su espacio cuidando no
romperla.
Lo cierto es que lo que me emociona es
ver cómo florece cada primavera, ajena no sólo a los ataques y las ofensas,
sino también a los elogios y alabanzas. Es como si ella supiera que pertenece a
algo más grande y simplemente se rinde a ello cada primavera.
Me gusta verla ahí en la puerta, a la
espera, medio dormida o despierta, ajena como siempre a que yo la mire; aunque
intuyo que agradecida al agua y a la tierra.
MOISÉS DE Frida
Khalo
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